miércoles, 31 de agosto de 2011

Money, money, money



La moneda de Vietnam es el Dong. Por un Euro te dan casi 30.000 dongs así que rápidamente te conviertes en millonario. Hay que tener cuidado porque hay billetes desde 200 hasta 500.000 dongs y es relativamente fácil confundirse si están muy gastados.

Yo no pude cambiar en el aeropuerto porque llegue de noche y estaba cerrado pero si lo haces allí fíjate bien porque hay varias oficinas y no todas te dan el mismo cambio. En los hoteles también te cambian aunque lo mejor es buscar un banco que te será más rentable. Mi consejo es que no cambies grandes cantidades (con 50 o 100 € por vez puede ser suficiente) salvo si vas a ir a zonas más aisladas.

La vida en Vietnam es muy barata y con unos 25 o 30 € diarios duermes, comes, tomas copas y visitas algún que otro museo. Pide siempre el precio en dongs y no quieras pagar en euros porque probablemente te lo redondearán con el dólar. La tarjeta de crédito la puedes usar tranquilamente en los hoteles, restaurantes de cierto nivel (donde comes por unos 15 € la pareja) y agencias de viajes. Los cajeros no los utilicé así que no puedo decir nada sobre ellos.

Nunca me ha gustado regatear y afortunadamente en Vietnam no es necesario. El precio es el que es y si te parece caro quizás te bajen algo pero, sinceramente, me parece penoso recorrerte medio mundo para discutir allí por 20 o 30 céntimos. No nos engañemos, eso es lo que algunos se ahorran después de perder media hora. Y el tiempo es oro tío.

Por último quiero deciros que podéis estar tranquilo al usar billetes grandes, siempre y en cualquier lugar te dan el cambio sin intentar “trajinarte”

Política y sociedad: agradable sorpresa



Vietnam está gobernado por un régimen comunista. Eso, a priori, implica burocracia y falta de libertad, así como desmotivación de la población ante el turismo y las actividades económicas que lo rodean. Sin embargo no todo tiene por que ser tan previsible, a veces nos llevamos sorpresas.

Obtuve el visado en la embajada de Vietnam en Madrid a través de un familiar (también se puede hacer por correo fácilmente) y en una semana lo tenía. Mucha gente prefiere hacer los trámites en el aeropuerto al llegar al país pero a mí me resulta más incómodo, al bajarte del avión siempre estás deseando recoger tu maleta, salir del aeropuerto y empezar las vacaciones. El control de pasaportes fue rápido y cordial, sin miradas de arriba abajo ni otras situaciones suspicaces que, tengo que reconocer, me esperaba.

El siguiente aspecto que me sorprendió fue la casi total ausencia de policía en las calles. Vimos muy pocos y casi siempre en labores relacionadas con el tráfico, a excepción de la zona del Mausoleo de Ho Chi Minh en Hanoi (que además coincide con multitud de embajadas extranjeras). Íbamos con la idea de dejar los pasaportes siempre a buen recaudo en el hotel y con una fotocopia encima para poder identificarnos ante la pasma. Pues bien, en todo el tiempo no se nos acercó ni un solo policía ni tuvimos la sensación de estar siendo controlados ya fuera en las zonas turísticas o en una ciudad como Hanoi en la que puedes recorrer calles y calles sin ver a otro occidental.

En cuanto a los vietnamitas tengo que decir que no daban la imagen propia de un pueblo oprimido: triste, huidizo, atemorizado, … son gente alegre, muy activa, visten como les da la gana (ya sea en pijama, con look rockero o en plan posturero, muy pijos ell@s) abundan los teléfonos móviles (siempre con cobertura, sea en mitad del mar o en lo más apartado de las montañas de Sapa), en cualquier tejado ves antenas parabólicas, por todos lado hay acceso wifi a Internet (redes sociales incluidas). Respecto a la desmotivación nada más lejos de la realidad, continuamente intentan hacer negocio y te ofrecen sus servicios o productos de todo tipo. Eso sí, sin atosigarte ni pretender timarte mediante el típico sistema de volverte loco como es habitual en Oriente Medio.

Otra cosa interesante es la visión de la guerra y sus consecuencias. Para la inmensa mayoría de la población es historia ya que el 70% no había nacido cuando esta acabó. En el sur son bastante visibles las consecuencias del agente naranja pero conviven con ello sin mayores problemas. No olvidemos que ganaron la guerra contra los USA y eso les hace sentirse muy orgullosos. Y el vencedor puede perdonar y olvidar más fácilmente. Para los vietnamitas de hoy, Estados Unidos simplemente significa "business"

Todo lo que he dicho no quiere decir que aquello sea un paraíso de la libertad y el progreso social. Imagino que los que intente “meterse en política” tendrán serios problemas. Y para los turistas se hace muy difícil moverte por el país totalmente por libre. Nadie te lo impide pero a veces llegar a una estación, encontrar donde comprar el billete, enterarte de donde sale el tren (en ocasiones desde otra estación),… se complica tanto que te acabas poniendo en manos del personal del hotel que te lo soluciona todo a precios muy competitivos (generalmente más barato que en Internet). Quizás sea una forma de controlar a los guiris.

Resumiendo, no defiendo la dictadura que gobierna Vietnam (ni ninguna otra) pero como decía Tere a menudo “que pena que Cuba no pudiera ser así” (no hemos estado en Cuba pero todo lo que nos han contado quien sí ha estado nos hace ver que hablamos de dos comunismos distintos).

Sanidad e higiene: tómatelo con calma




Algo que puede preocupar a muchos es el aspecto higiénico-sanitario. Veamos, Vietnam está en Asia, y Asia no es Europa. Por tanto nos vamos a encontrar con situaciones y lugares que nos pueden chocar y que a los más escrupulosos les echará un tanto para atrás. Pero en general las ciudades no están sucias, al menos no están más sucias que Algeciras o Madrid, los restaurantes y bares presentan bastante buen aspecto y los hoteles (salvo en una ocasión) han estado limpios y confortables. Mención aparte merece el tren que cogimos desde Hanoi a Hue, ese sí que era sucio y cutre. Sin embargo del de Sapa no puedo decir nada malo. Es cierto que Hanoi tiene un olor peculiar (producto de la mezcla de comidas en la calle, humedad y un nivel de contaminación supongo que elevado) al que te acostumbras enseguida. No notamos ese olor en el resto de lugares.

Ni que decir tiene que el agua hay que beberla siempre embotellada y cuidarnos de lugares que nos den mala pinta. Los primeros días teníamos más precaución con los vasos, cubiertos, palillos,…. Pero al poco tiempo te vas adaptando y dejas de plantearte dudas, así que te bebes muy a gusto el cóctel aunque tenga hielo, te das un masaje sin pensar en las normativas que cumplen o no, te pones el casco que te ofrece el tipo de la moto-taxi, disfrutas de la comida sin calentarte la cabeza y utilizas las duchas a la peculiar manera vietnamita (sin bañera ni plato de ducha sino desaguando directamente en el suelo del baño, mucho más limpio y cómodo de lo que puede parecer). En fin, mi consejo es que liberes la mente y disfrutes sin agobios pero con sentido común. Al fin y al cabo son ochenta y tantos millones de vietnamitas y se les ve bastante saludables, por algo será.

Nos pusimos las vacunas que nos aconsejaron en Sanidad Exterior (hepatitis A y B, tétanos-difteria y fiebre tifoidea, aunque ninguna es obligatoria) y compramos los medicamentos que nos aconsejaron (como el Malarone para el paludismo); completamos el botiquín con lo normal para cualquier viaje y repelente y parches contra los mosquitos. Afortunadamente sólo tuvimos que utilizar esto último, algún polaramine para las picaduras (nada del otro mundo) y algún ibuprofeno (menos de los que necesitamos en casa después de un mal día en el trabajo o una especialmente dura sesión en el gimnasio). Siempre es un gustazo traer de vuelta el botiquín prácticamente intacto.

El clima y como adaptarte a él




Vietnam está situado en plena zona tropical, bastante cerca del ecuador, y por lo tanto su clima es caluroso. Además está influenciado por los monzones y esto da lugar a una estación lluviosa y otra seca. Durante el monzón lluvioso (de mayo a octubre) las predicciones que verás en cualquier web meteorológica nos dan lluvias diarias (con un alto porcentaje de probabilidades) y tormentas también diarias en todo el país. Pues bien yo he estado allí en julio y agosto y la mayoría de los días no ha caído una gota, algunas veces ha descargado una tormenta fuerte pero de poca duración y en un par de ocasiones hemos sufrido una llovizna suave que ha ocupado casi todo el día. También debo añadir el “tifoncillo” de Halong Bay que ya contaré en su momento.

¿Qué significa esto? Pues que no debemos preocuparnos demasiado de la lluvia. Llévate un paraguas pequeño y manejable, cómprate allí unas chanclas para poder pasar de los charcos y, en todo caso, cómprate un chubasquero que te ofrecerán como salido de la nada si empieza a llover fuerte. Respecto al calor paciencia y buena cara, ropa ligera y mucha agua. Los hoteles tienen aire acondicionado que por lo general funciona bastante bien, y eso que en los que yo he dormido tenían precios que oscilaban entre los 7 y los 16 euros.

En cuanto a la ropa a llevar os aconsejo que sea poca porque ahorramos bulto y allí te la lavan sin problemas en los hoteles (1$ el kilo). Camisetas, pantalones cortos, unos vaqueros y una sudadera para el avión (que te quedas “pelao” mientras duermes). Si vas a hacer treking en Sapa son imprescindibles unas botas y los correspondientes calcetines (para 2 días) aunque también te pueden servir unas zapatillas de deporte. No te olvides el bañador para la Bahía de Halong y ya vas completo. Yo llevé camisetas y ropa interior vieja de la que pensaba desprenderme y las fui sustituyendo por las que me compré allí, que en cualquier caso pensaba comprar para traerme de recuerdo.